jueves, 13 de agosto de 2009

Crisis en comuna cajamarquina(comentario)

SE CAE LA TORRE DE MARCO
La Torre de Marco, metafóricamente hablando, se comenzó a construir a comienzo de la gestión del señor alcalde con serios problemas administrativos. Si no recordemos los “gerentes” que se trajo de Lima y que, a pocos meses, lo abandonaron dejando la gestión de Marco La Torre en apuros. El burgomaestre no tuvo otro camino que auxiliarse de otros gerentes que le metieron la idea de construir el “gran” coliseo, tema que hoy hace que La Torre de Marco comience a caerse por los suelos. De modo que, el señor Marco La Torre Sánchez, como flamante alcalde, no tenía equipo técnico y que hoy se desmorona.
Pero además, La Torre de Marco no sólo se construyó con aquellos gerentes que fugaron, sino que también estuvo y está construido políticamente, con un cuerpo político conformado por los once regidores quines toman decisiones en sesión de concejo y quines, en la última sesión de concejo, también fugaron. Así que en el desplome de La Torre de Marco son responsables, también, los once regidores quienes desde un inicio no fiscalizaron de cerca ni hicieron público las intenciones que tenía el Fondo minero en la construcción del coliseo que hoy algunos regidores dicen que tiene serios problemas de suelos y no es obra prioritaria.
La construcción del denominado coliseo multiusos, que lo sustentó el fondo minero en una conferencia de prensa, donde la presencia del Estado (municipalidad) no existía, al señor alcalde lo tiene obsesionado a punto de explotar en una paranoia y ha llegado a calificar a sus regidores de traidores y chantajistas. Al burgomaestre le han metido en la cabeza la construcción del coliseo sí o sí, mientras las zonas de expansión urbana no tienen agua, desagüe, luz. La construcción de este coliseo está haciendo que La Torre de Marco se desplome porque ha centrado la visión de desarrollo en una obra de necesidad secundaria, en tanto ha dejado de lado la tención de otros servicios de necesidades prioritarias. Es por eso que la población siente un descontento de su primer vecino.
La Torre de Marco se cae no sólo porque sus regidores lo dejaron plantado en la última sesión de concejo, no sólo porque le han medito en la cabeza la construcción de un coliseo que lo publicita el fondo minero, sino porque el burgomaestre ha mostrado, en todo momento, falta de liderazgo político. En una oportunidad, en una entrevista, dijo que el no es político y que sólo quiere trabajar por Cajamarca. Por eso es que su gestión (comprende a los regidores) se desmorona como una torre de arena que el viento de los pequeños errores lo desaparece. Además, Marco La Torre está huérfano de autoridad. Los funcionarios y la población lo ven no como una autoridad con investidura de alcalde provincial, sino como una persona que por suerte llegó a ser el primer vecino.
Otro de los motivos, auque no principal, pero sí decisiva para una gestión, que permite que La Torre de Marco se venga desplomando es el mal trabajo comunicativo que realizó y viene realizando. Recordemos lo que hacía un periodista que se ufanaba de ser internacional: insultar a los periodistas críticos de la gestión de Marco. El trabajo comunicativo es decir la verdad y lo falso, los errores y los aciertos de una gestión. Y no ocultar y ser genuflexo a la autoridad.
Lo lamentable es que con el desplome de La Torre de Marco no sólo pierden las autoridades a quines elegimos en comicios electorales, sino la población cajamarquina que continúa sin los servicios primarios. Mientras tanto otros grupos de poder continúan con su cometido e interés.
Para que esto no se repita los partidos políticos tienen que modernizarse ideológica y legalmente para que nunca más en el camino recojan a una persona para ser candidato y ser alcalde.

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