sábado, 21 de enero de 2012

Humala y los dirigentes cajamarquinos lo abandonaron

El ingeniero Jorge Alberto Vigo Pastor lo encontramos en su humilde domicilio del jirón Bellavista que conduce a la colina Santa Apolonia en el centro histórico de la ciudad de Cajamarca. Se encuentra postrado en una silla de ruedas con el tobillo roto del pie izquierdo y rotos la tibia y el peroné del pie derecho. Acompañado únicamente por su menor hijo, en su aposento, las lágrimas le dan vuelta en el cristal de sus ojos a punto de desbordarse por sus mejillas. Siente dolor que los dirigentes del Partido Nacionalista que hoy son autoridades, lo hayan abandonado. Incluso el mismo presidente Ollanta Huamala a quién apoyó en la campaña política.
El 30 de abril, en plena campaña política del hoy presidente, cuando la comitiva de Ollanta visitaba Cajamarca, Vigo Pastor sufrió un accidente al chocar los vehículos de la comitiva del candidato presidencial. Era parte de la comitiva en ese momento porque creía en Humala. En esa oportunidad Werner Cabrera Campos todavía congresista de la república, Jorge Rimarachín entonces candidato al Congreso, le prometieron ayudarle en su recuperación física. Sin embargo, a las promesas se las llevó el viento. El militante y su familia fueron abandonados. Es más, Rimarachín haciendo uso de sus promesas nunca cumplidas, le prometió un puesto de confianza en el gobierno viendo que Vigo Pastor no podía caminar.
Tanto en la primera operación, que lamentablemente no salió bien, como en la segunda, que se realizó en una clínica de Lima, los gastos fueron asumidos por su familia y por amigos más cercanos mientras Ollanta Humala disfrutaba del poder y el congresista Rimarachín ganaba sus primeros sueldos como otorongo. Nunca le ayudaron en los gastos Ever Hernández y Rimarachín como lo habían prometido. Jamás le llamaron a Lima para asumir parte de los gastos de la operación.
Estando Alberto Vigo en Lima, decidió conversar personalmente con Huamala a quien apoyó en la campaña política, pero no lo permitieron. Le cerraron las puertas. “Me encuentro engañado, totalmente desilusionado”, se arrepiente sentado impotentemente sin poder hacer nada y poder ayudar a su familia y sus padres de avanzada edad. Después de conversar con este blog y otros periodistas locales, al militante nacionalista lo dejamos en su pequeño dormitorio junto a su hijo, quien de su mirada nace tristeza.
Jorge Vigo Pastor se siente defraudado del nacionalismo por falta del principio de solidaridad y el apoyo a los más pobres. Estamos seguros que, al abandonar la humilde casa, su hijo tiene una visión de cómo es la política en el Perú. No querrá ser militante político

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