viernes, 25 de mayo de 2012

El problema: una clase media empresarial cajamarquina dependiente del capital minero. No fue capaz de crear una economía con capital regional

La actividad económica en Cajamarca, hasta antes de la Reforma Agraria, estaba regida por la actividad ganadera y agrícola. De la minería ni siquiera se hablaba, salvo en Hualgayoc. Los ganaderos, que estaban representados por los hacendados, quienes trataban de solucionar presiones de los campesinos que reclamaban derechos, se convirtieron en una clase privilegiada con poder económico. Estos hacendados se agruparon en el denominado Fondo Ganadero Lechero, FONGAL, que hoy no existe porque desaparecieron sus verdaderos fundadores. Esta clase pequeña de propietarios, que estaba en el ocaso de su poder, era proveedora de producción lechera y agrícola al acopiador Nestlé. Sólo era proveedora, una especie de intermediaria. No se preocupó de crear un mercado interno y fortalecerlo. No se preocupó de fortalecer una economía local con capital propio. Sólo se contentó con vender su producción.

Cuando la Reforma Agraria entró en vigencia, esta clase propietaria de hacendados, ante la pérdida del poder político que habían tenido (tenían representantes en el Legislativo y en el Ejecutivo), comenzó a caer y como no habían sido capaces de crear mercados internos e industrias con capital regional, estaban destinados a desaparecer. La pequeña oligarquía latifundista cajamarquina, en los primeros años de los 70, agonizaba. Sólo quedaba una clase media y pequeños propietarios de negocios.

La clase media cajamarquina, a partir de los 90 año en que Fujimori llega al poder, se mostró débil para poder aglutinar a los cajamarquinos y mostrar un pueblo fuerte y unido. Peor aun después del autogolpe del 05 de abril en que las leyes eran duras con el pretexto de combatir a Sendero Luminoso y al MRTA. Los profesionales e intelectuales prácticamente desaparecieron y sólo aparecieron, junto a los políticos de turno, cuando Yanacocha se hizo presente para anunciar sus operaciones en las alturas. Viajaron a la tierra del Tío Sam y volvieron para decir que las operaciones de Yanacocha no contaminarán.

El sector de propietarios de negocios con sus propios capitales siguió adelante hasta que se implementó las nuevas leyes liberales con la constitución del 93. La actividad ganadera, del mismo modo, no cesó. El acopio de leche no sólo era de Nestlé, sino, también, de Gloria. La leche era y es transportada de las lejanas provincias donde ahora la gran minería amenaza.

En los primeros años de los 90, la Cámara de Comercio de Cajamarca (he entrado a su página web y he encontrado que está desactualizada, no hay mayor información que los nombres de los presidentes desde su creación) no sonaba mucho como institución de los empresarios, pero con la llegada de capital para la actividad extractiva comenzó a difundirse en los medios de locales. Con la llegada de la minería a Cajamarca aparecieron “empresarios” que pasaron a formar parte de la Cámara de Comercio. Era y es una clase media empresarial que no hizo otra cosa que cumplir el papel de intermediario del capital minero. Empresarios dependientes del gran capital. Empresarios que, cuando la minería se vaya, también desaparecen porque, como en el siglo pasado, no son capaces de crear una economía con capital regional y con su propio mercado.

A raíz de conflicto Conga, en una conferencia de prensa el actual presidente de la Cámara de Comercio Jorge Vergara dijo que con la paralización del proyecto Conga se estaba perjudicando a empresarios cajamarquinos que han invertido en la compra de bienes y que muchas personas quedarían sin empleo. Declaraciones que confirman que no tenemos una clase media empresarial o una burguesía empresarial capaz de unir a los cajachos, sino empresarios mediáticos que buscan enriquecerse de la circunstancia y actuando sólo como intermediarios del gran capital. Además, tras esos empresarios, hay otras personas que pululan como moscas tras ese capital que capta el intermediario.

En la conferencia, un periodista hizo la siguiente pregunta: ¿Por qué, desde el año de su fundación la Cámara de Comercio de Cajamarca no fue capaz de crear una economía con capital netamente local de modo que cuando se vaya la minería no haya problemas? Vergara no supo contestar. Le pasó la pregunta a otra persona que también no supo contestar. Al parecer era asesor en asuntos económicos pero necesitaba también un asesor.

Estos “empresarios” junto a viejos políticos, que fueron responsables de lo que ha hecho la minería en Cajamarca en cerca de 20 años, ahora, en el denominado Colectivo por Cajamarca, promueven una contra protesta para el 29 en respuesta del paro indefinido que promueven los frenes de defensa para el 31. Ahora esta clase media empresarial saldrá a las calles a pedir inversión, desarrollo y paz. No dándose cuenta que ellos son los responsables de no ser capaces de construir una economía local con propio capital. Ahora esos vetustos políticos salen acusar a dirigentes y autoridades que denuncian abusos de la gran minería, abusos que ellos no fueron capaces de denunciarlo.

En suma, la clase media empresarial cajamarquina hereda lo que fue en el pasado: dependiente del capital externo y mero intermediario. Lucrarse sin importarle el destino del mercado interno y el capital local. Una clase media de intelectuales con problemas de cohesionar a un pueblo dividido por el gran capital minero.

El 29 marchan cajamarquinos, obligados o no, para conquistar Cajamarca y entregársela a la transnacional minera para que ésta termine con sus recursos naturales sin respetar la vida de los campesinos y citadinos.

Si no miras tu historia estás condenado a repetirla.















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