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| Campesinos bambamarquinos cuidando sus lagunas (foto El maletero) |
Mientras Santos Guerrero trata de explicar las escandalosas
fotografías, que comprometen a funcionarios de su gestión, hechas públicas por la prensa de la derecha
peruana y la pequeña prensa local al servicio del poder fáctico minero, las
comunidades campesinas de Bambamarca y Celendín van ya más de diez días en las
alturas cuidando sus lagunas. El dirigente Edy Benavides de Bambamarca, a un
medio local de radio expresó la decisión que han tomado: “De acá no nos mueve
nadie, así venga el ejército. La decisión es firme: defensa del agua, la vida y
la inviabilidad del proyecto minero”. En tanto
Miltón Sánchez, de la PIC de Celendín, quienes llegaron a sus lagunas el
último lunes, en las últimas horas dio a conocer que estaban siendo rodeados
por la Dinoes de la policía. El se señor Daniel Gil, desde la laguna Azul,
denunció que la Dinoes les está provocando y les pretende desalojar y les exige
que quiten la bandera peruana que han levantado como peruanos porque donde
flamea una bandera peruana hay un peruano, enfatizó.
La situación es tensa en las alturas de las lagunas de Conga
luego que el último martes se detuvo un eminente enfrentamiento entre las
fuerzas policiales y las comunidades campesinas quienes llegaron a sus lagunas
para defenderlas. Iba a ejecutarse el desalojo donde están los comuneros asentados que, según la empresa minera, es de
su propiedad. Sin embargo, los campesinos dicen que no es de Yanacocha sino de
la familia Chaupe quien aún no ha vendido sus terrenos a la empresa
minera. Los terrenos están en litigio.
Los campesinos han construido sus campamentos de plástico
donde se protegen de las fuertes lluvias y granizadas y donde pasan las
noches ante la vigilancia de la policía quienes se encuentran muy cerca de
ellos. El último martes, cuando se hizo presente el fiscal de apellido Díaz ante el anunciado desalojo, campesinos denunciaron
que la policía tenía armas de largo alcance, es decir armas de proyectiles de
balas que, el fiscal, no quiso asentarlo en el acta que habían levantado. Para
evitar agotamiento, los manifestantes han adoptado la estrategia de turnase
cada tres días y de esta manera estar presentes frente a sus lagunas. Cada tres
días campesinos son relevados por otros de otras comunidades.
En las alturas de las lagunas de Conga se vive una situación
de “guerra fría” no sólo por la presencia del intenso frío a más de cuatro mil
metros sobre en nivel del mar, sino por la tensión en que se encuentran tanto
campesinos que defienden sus lagunas y policías que no sólo reciben órdenes del
ejecutivo, sino defienden los intereses de una
empresa minera que más del setenta por ciento de cajamarquinos, según la
última encuesta, no lo quieren.
Mientras se vive esta tensión que en cualquier momento pude
terminar en un baño de sangre que no se quiere más, el ejecutivo con Ollanta a
la cabeza no mueve la boca para nada. Sólo
el ministro del interior Pedraza ha salido a decir que no permitirá más
el avance de los campesinos en las lagunas de Conga. Con un tono amenazante. De
reprimir sin importarle las vidas de los campesinos. Alguien tiene que
intervenir para evitar más víctimas humanas. “Si nos quieren matar que nos
maten a todos, carajo”, contestó al ministro del interior el dirigente Manuel
Ramos desde la laguna Mamacocha donde también han levantado sus campamentos de
plástico para protegerse de las inclemencias del frío. “Nosotros no tenemos
armas pero ello sí tienen” dijo Edy
Benavides refiriéndose a la Dinoes que les está provocando a cada momento.
Mientras la tensión crece en las alturas de Conga, en la
ciudad de Cajamarca, colectivos de jóvenes, comienzan recoger apoyo para los
campesinos que se encuentran junto a sus lagunas. El Frente de Defensa
Ambiental de Cajamarca ha anunciado que estará enviado apoyo a los campesinos
de Bambamarca y Celendín. Días difíciles podría vivir Cajamarca más adelante.
Ojala que la sangre no llegue a las lagunas mientras el gobernante y sus
ministros y políticos conviven con el poder económico.
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