miércoles, 27 de febrero de 2013

Neoliberalismo e inseguridad

Delincuentes capturados por Rondas Urbanas 

Al problema de los conflictos sociales por la presencia de las actividades extractivistas, se suma el problema de la inseguridad ciudadana en el que el hampa pretende extender su forma de vida al margen de la ley. Los asesinatos no sólo en la capital del Perú, sino, también, en la de provincias, específicamente en Cajamarca donde han sido asesinados tres taxistas en menos de dos semanas, han puesto en jaque al propio gobierno y demás autoridades del país. En otras palabras han puesto en jaque al mismo Estado que cada vez se muestra más ausente.

Las Rondas Urbanas de Cajamarca, ante el descrédito de las instituciones del Estado (policía, poder judicial, ministerio público…) y por carecer de prestigio y confiabilidad, se han convertido en una alternativa para frenar la violencia del hampa. Ya la población ya no más acude a las tradicionales instituciones que antaño les brindaba apoyo, sino que tiene que acudir a aquella organización nacida en el corazón mismo de los barrios o asentamientos humanos de las grandes urbes: Rondas Urbanas.

Éstas, haciendo uso de costumbres o principios ancestrales que funcionaban en la sociedad Inca o sociedades preincas, con unos cuantos garrotazos con el llamado “rebenque”, ponen orden y han logrado reducir los asaltos en la ciudad de Cajamarca.  Cuestionadas o no las Rondas Urbanas, están haciendo el papel del Estado. Se han ganado a la población que en todo momento pide seguridad.

Ante ausencia de Estado, durante la presente semana, cientos de campesinos, organizados en sus también Rodas Campesinas, han bajado de sus comunidades a la ciudad para exigir a las autoridades que capturen a los responsables de uno de los tres taxistas asesinados. Una vez más para exigir presencia de Estado. Pero por el contrario, las autoridades que se reunieron el día martes, antes de convocar a las Rondas Urbanas y Rondas Campesinas, las dejaron de lado y, unilateralmente, han decidido que las rondas deben actuar acompañadas de la fiscalía para evitar abusos. 

Hay una diferencia entre las autoridades, que se reunieron para tratar el problema de la inseguridad, y las Rondas Urbanas: los primeros sólo planifican, hablan… pura teoría, mientras los otros actúan ante la ausencia de los primeros y defenderse del hampa.

¿Pero qué permite que la violencia del hampa se incremente en los gobiernos de tendencia neoliberal como el Perú? Una hipótesis a la pregunta es la presencia de un modelo ortodoxo neoliberal que  en una de sus normas dice que el Estado debe participar menos o nada no sólo en la economía, sino en lo político. Y cuando el Estado es anulado, las políticas de gobierno a favor de una sociedad no existen y como el modelo, además, dice que se debe proteger las inversiones y los capitales que llegan al país, los gobiernos olvidan los servicios y los gastos públicos. Olvidan las estrategias y planes para combatir cualquier mal que asecha al país.

Empero, ese Estado reducido con la ideología neoliberal, actúa a favor del gran capital ya sea con decretos supremos o leyes nacidas del mismo seno legislativo donde los congresistas no actúan a favor de una población que los eligió, sino a favor suyo porque el modelo es individualista. A ese Estado reducido no le queda otro camino que firmar convenios entre el Estado y las empresas mineras para que aquella le proporcione seguridad ante las protestas sociales mientras la delincuencia avanza en las grandes ciudades.

Así que, mientras tengamos un modelo reduccionista con relación al Estado y los gobiernos lo permitan, la violencia del hampa avanzará y no tardarán en aparecer otras organizaciones como las Rondas Urbanas o Campesinas para defenderse de la violencia. Y lo que es grave, no tardaran, ante la ausencia total de Estado, la presencia de organizaciones contratadas para enfrentarse contra las organizaciones que protestan contra las inversiones extractivas que destruyen los recursos naturales. Si el Estado no se fortalece, el caos neoliberal imperará porque al modelo le interesa que los Estados vivan en caos mientras se llevan las riquezas.

_ ¿Cuál es la salida ante tan grande problema de violencia del hampa en el Perú?_ preguntó un ex policía que nos escuchó conversando sobre el tema con algunos periodistas. Algunos columnistas en los diarios capitalinos han planteado que el ejecutivo y la oposición se sienten a debatir sobre el problema. Que el ejecutivo ponga en marcha los planes que ha previsto para combatir la inseguridad en todo el país. Pero la pregunta surge: ¿Cuáles planes? Al escuchar que un Director de la Policía miente sobre el accionar de la policía, se entiende que ni siquiera existen planes, peor planes de inteligencia.

Para el ex policía _ comentó_  que la salida al problema no esta en más policías y patrulleros, sino en que las leyes tienen que ser  más drásticas y que se ha perdido mística en la policía. Sin duda el ex policía se refiere en otros términos al debilitamiento del Estado y que es urgente que, en medio de un modelo neoliberal, ese Estado se fortalezca, que las instituciones públicas vuelvan a recuperar la mística que el actual modelo lo ha demolido, que la ciudadanía esté sobre ese modelo individualista que destruye la institucionalidad.

De modo que, de nada sirve que se convoque a reuniones_ como las que ha convocado la municipalidad de Cajamarca para la peliculina_ para combatir la inseguridad, sin antes mirar una ideología que nos aplasta y destruye.                

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