Los “empresarios” cajamarquinos, que promueven
una “marcha por el trabajo y contra la corrupción” que se desarrollará el 16
del presente, no han tenido mejor idea que empapelar casi toda la ciudad con
afiches por doquier. Los que promueven está actividad no son más que
empresarios directos en indirectos que, con presencia de la inversión minera en
Cajamarca, comenzaron a hacerse de bienes y de capital. En otros términos,
comenzaron a enriquecerse con la minería. Pero cuando surgió el conflicto Conga
(puede haber sido por la caída de los metales en el mercado internacional)
estos empresarios, que ahora hablan de corrupción, dignidad y desarrollo de
Cajamarca, pedirán trabajo con una marcha por las calles de la ciudad. Antes no
dijeron nada cuando a la empresa minera se la acusaba de corrupción y también a
los gobiernos regional y municipal.
Lo primero que se observa en estos empresarios
coyunturales es que están pagando lo que hicieron y hacen como empresarios. Es
decir están pagando por su mero trabajo intermediador con el gran capital
minero, están pagando lo que los hacendado también hicieron en su momento.
Durante cerca de veinte años, que la minería se encuentra en Cajamarca, estos
empresarios no fueron capaces de crear un buen mercado local o regional, sólo
se preocuparon en ser dependientes del gran capital minero que, no sólo por
problemas sociales sino por factores exógenos, puede irse en cualquier momento.
No fueron capaces de construir una clase media fuerte capaz de defender no sólo
sus intereses, sino de toda un pueblo o una región.
Estos no son la nueva clase media que se
moviliza en casi todo el mundo, en Latinoamérica (Brasil) pidiendo que no les
quiten lo que ya tienemn. Por el contrario son empresarios coyunturales que,
por su mero trabajo intermediador, están pagando por lo que hicieron y hacen.
Lo segundo que se observa es que, a estos empresarios, les falta creatividad
para poder llamar la atención en la ciudadanía. Porque después de las protestas
contra el proyecto minero Conga, la población ya se ha cansado de protestas y
movilizaciones.
Una buena propuesta de estos empresarios,
antes de ensuciar el ornato de la ciudad y
las calles desmedidamente, hubiese sido que motiven y financien debates
sobre cuál debe ser el desarrollo de Cajamarca. ¿Si sólo la minería salvaría a
los cajamarquinos? ¿Si una actividad económica diversificada es la acertada?
¿Excluir a las demás actividades económicas excepto la minería? Es todo una
discusión que, al final, se llegará a una conclusión que no afecte el
desarrollo de Cajamarca. Empapelar y
ensuciar la ciudad no es la solución.
Los responsables de la movilización del 16, en
conferencia de prensa, han dicho que ni la empresa minera ni políticos están
detrás de la actividad. Pueden que no lo estén pero están dirigidos a defender
a la empresa minera que, por sus torpes acciones gerenciales, ha perdido
credibilidad en los cajamarquinos. Estos empresarios no tienen la culpa que
Cajamarca vea con malos ojos a la
empresa minera. El erro de ellos es, por veinte años, ser sólo meros
intermediarios del capital minera trasnacional.
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