jueves, 10 de octubre de 2013

Candidato Fujimorista con problemas de conducta por obsesión del poder.

Manuel Becerra

El señor Manuel Becerra, anunciado candidato a la municipalidad provincial de Cajamarca por el movimiento fujimorista Fuerza Popular, en los últimos meses, ha mostrado una conducta que los psicólogos llaman un  falso comportamiento, es decir muestra una conducta que no lo practica  en su vida diaria. Manuel Becerra, como las demás personas que entran a la política mal practicada, de hecho muestra un comportamiento coyuntural que, tras un objetivo, deja de lado su real comportamiento. Después, las personas perjudicadas son aquellas que confiaron en él, quien, después, hacen doto lo contrario.

Sucede que este candidato quien, desde tiempo atrás, insiste tras el poder político. Y tras ese obsesionado poder, no deja de tomarse fotos con personas humildes que padecen de las necesidades prioritarias. Pero no lo hace porque le nace el comportamiento altruista, de apoyar a los más humildes, a las personas  que se encuentran en desgracia,  sino lo hace con la intención de ganar adeptos para ser elegido como alcalde provincial. Puede decirse que muestra una hipocresía política que lo viene manejando con el dinero que dispone y la misma publicidad populista que utilizó el fujimorismo cuando estaba en el poder.

Es verdad que los candidatos, en las campañas políticas a los gobiernos locales, a la región, al congreso y a la presidencia de la república cambian de comportamiento frente a la sociedad. Suelen tomarse fotos con campesinos o con familias de los barrios marginales donde los servicios prioritarios son escasos. No tienen agua, ni desagüe y demás servicios. O aprovechan sus fiestas patronales para mostrarse benévolos y hacerlos que se pongan polos y gorros de su partido.  

Esas personas, como Becerra, dueño de una universidad privada, son  las que se ven en muchas fotos abrazadas con  personas humildes. Seguramente, jamás lo hicieron cuando las campañas políticas eran ausentes. ¿Qué cambios suceden en sus comportamientos? ¿Qué cambia en su conducta? ¿Por qué ese tan grande descaro de mostrarse entre personas que jamás frecuentó?

Las respuestas precisas a cada una de las preguntas lo dará un psicólogo. Pero, a simple vista, se puede asegurar que tienen problemas de comportamiento. Hipocresía política es el problema.            

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